Ir al contenido principal

Algunos días siendo papá en el capitalismo chilensis



Pasan los días y me voy acostumbrando a las rutinas de lo que significa criar. Antes lo hice también, pero con la intermitencia del trabajo. Ahora, junto a mis hijos de lunes a viernes, empiezo a asumir lo que significa ser papá y criar. No me refiero en este caso sólo a hacer las labores de la casa -como lavar a diario una rumba de ropa con pichi-, sino a la particular situación de que soy un hombre que cría. Con lo anterior no crean que me pongo en la posición del súper héroe, del súper papá que se volvió loco por sus crías. Quizá un poquito. Quizá bastante a veces. Lo que me pasa es que no entiendo bien la posición, no comprendo el rol. No tengo muchos modelos en los cuales reconocerme. El capital nos ha vaciado a los padres de roles en el seno familiar. Trabajar, proveer, poner orden. Esas tres misiones parece tener la vida de papá. La pregunta en este caso es dónde queda el amor. Pero no me refiero al fidedigno amor que sienten muchos padres por sus hijos, sino a criar. Hablo del tiempo de crianza, del apego, del disfrutar de los afectos, del conocer de manera profunda a tu hijx de meses o años.
Considero una mentira eso del "tiempo de calidad", básicamente porque nadie puede criar a un otro en dos horas al día. Es imposible. Entonces, según lo que digo, es necesaria preguntarse ¿es posible criar en nuestra época?, ¿es posible distribuir nuestro tiempo para trabajar, criar y vivir una vida propia?, ¿qué costos tiene asumir la responsabilidad de involucrarte en un proceso amoroso con tus crías? Todas estas dudas van acompañando los días y las respuestas son pocas. Quizás para el mundo de las madres y las abuelas estas cuestiones son habituales, pero en el horizonte de los padres no está presente esta posibilidad. Por lo menos, no de manera pública ni extendida.

Si hay algo que considero potente en el feminismo es la solidaridad. La compañía aparece como rasgo fundamental en el momento de organizar las rebeldías feministas. Esta es otra tarea pendiente de los padres: articulación. De a poco comienzan a emerger organizaciones de hombres antipatriarcales de toda índole y, junto a ellas, padres con intereses en estas temáticas. Se vuelve urgente y útil crear redes no sólo de información, sino de apoyo, respeto y sobre todo de cariño. Estoy convencido que todo esto tiene que ver con el afecto.

Otros padres ya criaron, desconozco si existen las paternidades concientes como concepto y qué desarrollo pudieran tener estas. El asunto es que la realidad nos indica que ahora nos toca a nosotros. Si cada aspecto de nuestras vidas está cruzado por el capital, cada aspecto puede ser un espacio de lucha cotidiana contra el mismo. Le toca a la paternidad.
La sociedad del trabajo nos quita diariamente la posibilidad de criar. Nos engañan con esa mierda de "tiempo de calidad", nos ahorcan con eso del sostén económico, nos aplastan vaciándonos de un rol específico en el desarrollo de nuestras crías, nos moldean con la propaganda y nos empujan a criar niñxs obedientes y calladxs. A estas alturas, debemos ser capaces de decidir: capitalismo o crianza.

Comentarios

  1. ¿cómo criar en el capitalismo sin corromper ni corromperles? El desafío es muy grande porque creo que no alcanza el espacio alternativo para escaparse de los instrumentos sociales de la opresión.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario